Expertos exorcistas de todo el mundo aseguran que, el número maldito, el número de la bestia, es el 666. Pero Matthew Stafford nunca podrá estar de acuerdo, el número maldito para Detroit es el 90. Pues tal es la cantidad de puntos permitidos por la defensa en los dos últimos partidos de la presente temporada. 45 permitieron a un suplente, condenándose a si mismos a una muerte prematura. Y 45 permitieron al que, posiblemente, sea el ataque más equilibrado y letal de la NFL.
Aunque la defensa de los Lions mostró sus cartas desde el comienzo -una mano bastante mala, por cierto-, el ataque, logró mantener el partido vivo hasta la recta final. Esos 10 últimos minutos en los que New Orleans anotó 21 puntos, Stafford pagó la novatada lanzando dos intercepciones, y que dejaron el puesto del coordinador defensivo, y varios jugadores, en el aire. ¿Demasiado castigo? Tal vez, pero tampoco es algo totalmente inesperado.
Por primera vez en mucho tiempo, el ataque no es ni problema, ni prioridad. Stafford ha demostrado estar a la altura de los más reputados quarterbacks de esta liga, Calvin Johnson se destaca como una maquina de matar secundarias, Titus y Burleson desempeñan su respectivos papeles de forma solvente, Pettigrew ha terminado a un buen nivel y los dos runningbacks regresarán la próxima temporada. El único punto flaco sigue siendo la linea, con un Backus lesionado y sin contrato, un center al que se le empieza a pasar el arroz y otras cosas que dejaré para más adelante.
En esta ocasión, el problema residió en esa "cosa", conocida en recónditos y olvidados lugares como defensa. La "cosa" permitió 627 yardas a los Saints; falló todos los placajes habidos y por haber, convirtiendo ganancias de 3 yardas en 10; y la "cosa" de la "cosa" (otrora secundaria) dejó pasar dos intercepciones que Brees había regalado en un momento de generosidad. En definitiva, la "cosa" perdió el partido y ha de ser revisada personalmente por Jim Schwartz. La famosa Wide-9 debe ser aniquilada y enterrada profundamente, para así poder olvidar lo que esta supone con un cuerpo de linebackers de poca calidad y una secundaria aún peor.
En mi opinión, no hay nada más que merezca ser contado. Los números de Calvin Johnson, el primer drive de Stafford, o los dos turnovers desaprovechados de nada han servido. Cuando la temporada baje el telón definitivamente, volveré para comentar pasado, presente y, especialmente, futuro. Incluso puede que cuente con alguna colaboración. Pero ya habrá tiempo para eso. Ahora es tiempo de Playoffs, tiempo de que los derrotados callen y los vencedores hablen sobre el campo.
Megatron despide a los Lions celebrando, poco habitual pero merecido. |
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