Correr o no correr, he ahí la cuestión

No me malinterpretéis, mis pequeños padawans. Es obvio que la carrera es necesaria, para bien o para mal, en el football americano. La pregunta que debemos plantearnos es la siguiente. ¿Pueden los Lions correr con los dos running backs que están bajo contrato?

Jahvid Best
Aquí tenemos a nuestro primer corredor, Best, un primera ronda del 2010. Pequeño, extremadamente rápido, letal en espacios abiertos, con unas manos a la altura del mejor de los receptores. Por otro lado también tiene aspectos negativos:

1. Ese físico, idóneo para todo lo anterior, le imposibilita abrirse un hueco por su propia cuenta, lo que limita bastante su repertorio de carreras.
2. Pertenece a ese selecto grupo conocido como "injury-prones". Lo que en castellano podría traducirse como jugador de cristal. Tiene una facilidad pasmosa para lesionarse: torceduras, esguinces, y especialmente, conmociones.

A sus 22 años, Best ha sufrido cuatro conmociones cerebrales (registradas). Dos en la universidad y otras dos como profesional. La más conocida fue la que sufrió cuando jugaba en California, sobrecogedora:

Una conmoción no es un simple dolor de cabeza. Esta se produce debido a una aceleración/desaceleración demasiado brusca para que el liquido cefalorraquídeo logre amortiguar el impacto lo suficiente. El daño producido es acumulativo. Se estima que, tras sufrir la primera, hay cuatro veces más probabilidades de sufrir una segunda, a partir de ahí, los requisitos mínimos van disminuyendo y el tiempo de recuperación aumenta considerablemente. Al principio necesitas un golpe directo y una semana para estar en plena forma, luego un placaje al torso y tres semanas, una simple caída y 2 meses...

¿Podrá regresar un jugador con este historial? Seguramente. Y participará en training camps, pre-temporada, temporada regular, playoffs, etc, etc, etc. Hasta que llegue el momento, más pronto que tarde, en que sea incapaz de continuar. El momento en que, los que le recomienden la jubilación anticipada, no sean sus familiares, sino sus propios jefes.

[Llegado este punto, y antes de meterme en terreno pantanoso, quiero dejar claro no tengo ni puñetera idea sobre medicina. Si hay alguno médico en la sala le pido que no se ofenda.]

 Mikel Leshoure
Este jugador entró al equipo como el complemento perfecto. Un corredor más potente que Best, norte-sur, capaz de hacer el trabajo de la linea por su propia cuenta. A día de hoy, sus aptitudes y su calidad, siguen siendo un completo misterio.
Habitualmente, los aficionados a la NFL solemos pensar que una de las peores lesiones para los runningback es una rotura de ACL. Tal vez sea por lo espectacular que resulta ver una rodilla doblándose de esa forma. Sin embargo, una rotura del tendón de Aquiles tampoco es un camino de rosas.

 Tras la lesión de Leshoure salieron a la luz varios estudios sobre este tipo en concreto, la mayoría de ellos hacían llorar al más optimista de los fans. Los más interesantes, centrados en la NFL, analizaban a un numero variable de jugadores (de 30 a 50). Dejando claras varias cosas:

• La rotura del tendón de Aquiles supone la muerta para un running back.
• Solo dos tercios de los lesionados regresaron.
• Estos vieron significativamente afectado su rendimiento.

Un panorama bastante desalentador, pero no tan rápido. Veamos más datos: las pruebas sobre las que se apoyan estos estudios se remontan a principios de la decada de los 2000, algunos retroceden incluso más. La medicina deportiva avanza a pasos agigantados. Todo puede cambiar en pocos años, comenzando por el método de rehabilitación y el porcentaje de éxito. Basándonos en este primer dato, no considero correcto aplicar los resultados sobre Leshoure.

Otro dato revelador es que, este tipo de lesiones, suele ser provocada por un desgaste prolongado del tendón. Este desgaste se da especialmente en los corredores, quienes requieren de gran explosividad para realizar cambios de dirección. Por ello, la mayoría de afectados, suelen ser jugadores que llevan una media de 6 años en la NFL y sobrepasan los 28 años de edad.

Es evidente que un jugador de estas características, difícilmente volverá a rendir a un buen nivel, sobre todo si añadimos un año de inactividad.

Sin embargo, Mikel Leshoure, es un joven de 21 años, que solo ha llevado un año de "carga completa" en la universidad. Y que, además, desea estar en este equipo a toda costa (porque quitarse un tatuaje cuesta mucho dinero).

Me estoy enrollando mas de lo que esperaba. Resumiendo. Lo que quiero decir es que, si bien no hay motivos para dar saltos de alegría, tampoco los hay para correr a hipotecar el futuro del equipo seleccionando otro running back en rondas altas. La mejor opción posible es esperar y evaluar la recuperación de ambos. Si se muestran incapaces de aguantar el ritmo del equipo, ya habrá otros Drafts en los que seleccionar un corredor 'definitivo'. Por el momento creo que hay otras prioridades, de las cuales hablaremos próximamente.